Un recorrido físico por el interior

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Invisibles (2016).
Tras casi dos décadas sin albergar ninguna exposición sobre el artista catalán Jaume Plensa, Madrid acoge 15 obras de su trayectoria donde conceptos como el intimismo, el diálogo o la identidad están a la orden del día. La muestra «Materia interior», que se puede visitar en el espacio de la Fundación Telefónica hasta el 4 de mayo de 2025, recorre su producción artística desde los años 90 hasta la actualidad. 

Mas de 30 años de recorrido artístico se dejan plasmados en esta muestra, atravesada por una profunda reflexión sobre la condición humana. En la trayectoria de Plensa aparecen dos grandes conceptos que en un principio pueden parecer contrarios pero que no dejan de formar parte de la naturaleza humana. Por una parte, el silencio, seguido de un periodo de recogimiento y reflexión interior, que conducen a unas obras más conceptuales (Self portrait (72kg), 1993). Por otra parte, la necesidad de comunicar y establecer conexiones humanas, que le lleva de una forma irremediable a la figuración (Invisibles, 2016). 

Estos dos conceptos, así como las sensaciones que te producen, empiezan a hacer de las suyas desde el comienzo de la visita; nos da la bienvenida con una de sus cabezas colosales, adelantando ese silencio que tanto nos remite al pensamiento de Plensa. A medida que avanzas por el espacio expositivo, te abraza un aura intimista marcada por la paz arrolladora que desprenden las obras y que tan solo se rompe por un susurro o alguna visita guiada. Es como si las obras compartiesen un mismo polo y que tan solo tú, como visitante, tuvieses el polo contrario; te sientes atraído por cada una de ellas de una manera misteriosa y casi siniestra que te obliga a mirar hacia tu interior una y otra vez. Estás entrando en el universo de Jaume Plensa.

Love Sounds (1998).

Esta sensación siniestra vuelve a aparecer en una de las obras que más llamó mi atención. En love sounds (1998) juega con el silencio absoluto de las cámaras anecoicas y el único sonido legible que podrías escuchar en ellas, el del cuerpo humano. A partir de esta idea, Plensa crea una instalación de cabinas de alabastro que reproducen el sonido del flujo sanguíneo al pasar por distintas partes del cuerpo. 

Aunque el silencio está siempre presente, llegamos a un punto donde predomina la comunicación, y por tanto, la figuración. A través de numerosas cabezas colosales de proporciones irregulares, distintos abecedarios y juegos de luces y sombras, intenta transmitir su mundo interior al mundo exterior. Y es que uno de los conceptos clave del universo plensiano es el lenguaje. El estudio de diversos abecedarios y lenguas le permite seguir reflexionando sobre la comunicación e identidad humana y, en extensión, sobre la espiritualidad. 

Es interesante comprobar la variedad de materiales con los que trabaja y proyecta sus obras; desde alabastro, madera, acero o bronce hasta resina o cristal. La continua investigación de materiales y sensaciones revela el interés del artista por la plasmación de su visión. Como curiosidad, esta exposición surge como excusa por el centenario de la compañía Telefónica, reina de la comunicación. Por ello, Plensa ideó una escultura (Iris, 2024) que se alza en el distrito telefónica de Madrid y en la que se reiteran estos conceptos plensianos. 

Ana Sánchez Hueso

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