Tápies engrandece la Galería Leandro Navarro

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La Galería Leandro Navarro expone hasta el próximo 27 de marzo la exposición Tápies: Centenario. Es la primera gran exposición que homenajea la figura del pintor en el centenario de su nacimiento.

Tras un 2023 en el que se ha celebrado el centenario de artistas de tal magnitud como Picasso o Sorolla toca darles paso a otras grandes figuras del panorama artístico español e internacional como Tápies o Chillida en 2024. Ha sido una pequeña galería del barrio de Lavapiés la que ha conseguido llevar a cabo la inauguración de un año que, aunque no poseerá la magnitud del anterior, también viene cargado de exposiciones. Toma la delantera a instituciones de tal reputación como el MNCARS que tan solo hace unos días estrenó una gran retrospectiva del artista que está llamada a ser una de las mejores muestras del año.

Este pequeño espacio consigue competir de tú a tú con los principales espacios culturales de la ciudad. Nada más entrar la galería impone su presencia haciendo saber al visitante que no se trata de un lugar cualquiera. Destaca desde el primer momento el gran esfuerzo que se ha realizado para la recopilación de 17 obras del artista catalán que resultan únicas y variopintas en cuanto a su propia esencia . Muestra con delicado detalle su capacidad para trabajar la escultura y la pintura al mismo tiempo que de mezclar ambos campos con la introducción de objetos cotidianos en sus obras. Quizás, este es el motivo por el que este espacio es el correcto para exponer sus obras, un lugar más íntimo y acogedor en el que su arte puede dialogar de una manera más fluida y distendida.

Una muestra que se distribuye en varias salas especialmente remarcadas. Estas no establecen un discurso aleatorio como puede ocurrir en ocasiones en exposiciones de pequeño tamaño. Todo lo contrario, establece un itinerario que se inicia en los años 60 y finaliza a principios de este siglo mostrándonos una gran diversidad de estilos artísticos. Demuestra la meticulosidad adoptada a la hora de presentar la exposición debiendo ajustar cada una de las obras a un espacio exacto posicionadas en un recorrido milimétrico. Destaca la calidad innegable de las obras que marcaron en toda una generación, pero incide aún más en su alta reputación. Esto lo consigue acentuando la historia de cada una de las obras dándole visibilidad a las exposiciones y los museos por donde han pasado. Azul y gafas (1966), una de las obras más destacables, por ejemplo ha estado en la Fundació Joan Miró y el Museo de Viena.

El alto caché de la exposición también se hace notar con un espacio impoluto y elegante que compite en una liga superior. Seriedad y profesionalidad son dos adjetivos que definen su estilo de trabajo con el que consiguen diferenciarse de otros espacios artísticos de la ciudad. El prestigio y la calidad de la exhibición reside también en la notoriedad y la popularidad de algunas personas de renombre en torno a la figura del artista que han participado. Un claro ejemplo de ello es la colaboración de Manuel J. Borja Villel, exdirector del MNCARS y comisario de la exposición que se le dedica este año en este mismo museo. Además del anterior, también colaboran en el catálogo algunos como Toni Tápies (hijo del pintor) o Nuria Homs (conservadora de la Fundació Tápies). Todos ellos son textos que complementan a la perfección la exposición y que consiguen profundizar y enriquecer cada una de las obras que se encuentran en las salas.

El pintor consigue con su toque personal y la fuerza característica de cada una de sus obras el broche de oro para una exposición exquisita. Disruptivo, innovador y rompedor con obras que tienen más de medio siglo pero que continúan impactando a los espectadores. En pleno S.XXI, en el centenario de su nacimiento sus obras aun sorprenden a los espectadores, tal y como dijo Borja-Villel: ‘‘Tápies es un pintor del presente, extraordinario, un pintor pintor’’.

Más contemporáneo que algunos de los mejores artistas actuales, más revolucionario que cualquier cuadro vanguardista y más reivindicativo que cualquier obra con tono político que se haya creado. Uno no sabe lo que se puede encontrar en las obras del artista catalán . Es increíble presenciar como el arte, un mundo de ficción choca con la cotidianeidad propia de su estilo. Realmente aun no estamos preparados para observar una obra que parece venir del futuro. Un espíritu excesivamente moderno que estará marcado para la eternidad por sus enigmáticas e icónicas cruces.

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