Convergencias/divergencias, dos estéticas en diálogo se presenta en la Casa de América como una conversación entre los trabajos artesanales del pueblo amazónico ye´wkana y las prácticas artísticas desarrolladas durante el S.XX en torno a ideas geométricas. Una forma de aproximarse a creaciones evidentemente opuestas con un estilo anacrónico, en el que a pesar de encontrar multitud de discordancias son los puntos en común los que consiguen establecer el recorrido expositivo.
Como recordaba el comisario Ariel Jiménez, la mayoría de las corrientes de vanguardia del S.XX se fijaban en lo primitivo, en las formas más puras de los objetos, alejadas de la industrialización del momento. Los artistas cinéticos latinoamericanos no iban a ser menos, habiendo artistas como Jesús Rafael Soto o Carlos Cruz-Díez, quien tiene ahora mismo una gran exposición en la Tate Modern Gallery de Londres. Todo el diálogo se establece gracias a obras de la Juan Carlos Maldonado Collection que lleva conformándose durante décadas como una de las mejores colecciones de arte cinético del mundo.
No resulta un vínculo novedoso, más allá de lo que se pueda mostrar a simple vista. Esta relación entre ambas formas artísticas ya fue establecida en 2018 por el explorador Charles Brewer-Carías en un libro promovido por la propia Juan Carlos Maldonado Collection. Este más tarde daría paso a una exposición en la Fundación Sala Mendoza de Caracas donde se ponía en relación las creaciones de los artistas abstractos geométricos de la colección con la cestería ye´wkana. Aquella muestra llevada a cabo en 2018 se llamó Convergencias/Divergencias: una fuente del arte primitivo hacia lo moderno, encontrando así una concordancia en las palabras que dan un mayor sentido a la exposición en la institución madrileña.
No se puede denominar a la de Ariel Jiménez como una idea copiada ya que nombra en varias ocasiones al explorador tanto en el catálogo de la exposición como en la propia visita de la sala. Sin embargo, si que se puede denominar como poco estudiada o reelaborada. Viendo las fotografías de las exposiciones anteriores en torno a este vínculo, se puede decir incluso que no se ha tratado ni si quiere explorar la temática desde nuevas piezas, si no que continúa haciéndolo desde la misma posición.
La muestra resulta por lo tanto un resumen de lo ya realizado, una presentación de las conclusiones alcanzadas por Charles Brewer-Carías. Todas estas ideas resultan mucho más interesantes cuando se comprende el contexto bajo el que se trata de ubicar, el tema propuesto para ARCO 2025: el amazofuturismo. Esta será la idea en torno a la que se guiará este año la feria más importante del país comisariada por la colombiana María Wills. Un tema de candente actualidad que ya ha funcionado como columna vertebral en la Bienal de Venecia y se puede ver en otros puntos de España como en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona con la muestra Amazonias. El futuro ancestral. Dentro de poco en Madrid también estará presente una muestra con la misma temática en la Galería Memoria por parte de Alejandro de Villolta y Pedro Vasconi.
El discurso que plantea a nivel expositivo, ajeno de todas estas ideas convence de manera paulatina de la credibilidad de la propuesta. Una idea que en un inicio se presenta de manera un poco forzada consiguiendo mediante ideas muy repetidas y quemadas mostrar correctamente cuales son los puntos en común existentes entre la cestería ye´wkana y los artistas abstractos geométricos. El objetivo de conformar un espacio en el que a cestería ye´wkana conversa con las obras abstractas es logrado ya que pasan de mostrarse distantes a mostrarse mucho más próximas entre ellas dialogando e intercambiando ideas.
Una exposición correcta, a la que no hay que reprochar la falta de originalidad, ya que no es su objetivo. No busca destacar como una muestra novedosa, si no constituir una pequeña parte del programa de ARCO de este año e invitar a la reflexión sobre un tema que se encuentra muy presente en las propuestas artísticas y curatoriales de la actualidad.
