Tabita Rezaire: lo tradicional en lo civilizado

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La exposición “Nebulosa de la calabaza” de Tabita Rezaire en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza es una muestra impresionante que combina arte, espiritualidad y tecnología. Esta exposición curada por Chus Martínez reúne tres instalaciones realizadas en 2024: «Omo Elu», «Des/astres» y «OMI: Yemoja Temple». Estas obras están dedicadas a la orisha Yemoja, el espíritu principal de la religión yoruba. La exposición es una experiencia inmersiva y sensorial que invita a los visitantes a reflexionar sobre la relación entre el pasado y el presente, la espiritualidad y la tecnología.


Tabita Rezaire, nacida en París en 1989, es una artista multidisciplinar de origen francés y residente en la Guayana Francesa. Su trabajo explora esas conexiones, usando el video, los espacios inmersivos y la performance para desafiar las narrativas y promover un entendimiento integral del mundo. Sus obras recuperan los conocimientos y prácticas ancestrales.


La primera instalación, “Omo Elu”, es una obra que explora la relación entre el cuerpo humano y la naturaleza, utilizando imágenes de alta tecnología y sonidos envolventes. La obra invita a los visitantes a reflexionar sobre su conexión con el entorno natural y a reconsiderar su papel en la protección del medio ambiente. La segunda, “des/astres”, es una reflexión sobre los desastres naturales y su impacto en las comunidades marginadas, aquí hace uso del video, la escultura y el sonido, creando así que la obra cobre un carácter conmovedor. La tercera instalación “Omi: Temoja Temple”, se divisa como una celebración de la espiritualidad y la resistencia cultural de las comunidades africanas. La obra se origina a través de imágenes y sonidos tradicionales para crear ese efecto de espacio sacro en donde los visitantes puedan conectar con sus raíces y reflexionar.


La exposición es en su totalidad un gran abanico de invitaciones a reflexionar sobre esta relación pasado – presente y espíritu – tecnología. Estas instalaciones crean ese espacio donde los visitantes pueden reunirse de nuevo con sus tradiciones más ancestrales y al mismo tiempo cuestionar las estructuras de poder. Me impresionó como Rezaire logra combinar estos elementos e ideas tan arcaicas (en el sentido de antigüedad) con las tecnologías modernas, además potenciado por la capacidad interactiva del espectadore respecto a la obra.


Es por eso que “Nebulosa de la calabaza” desafía al público a reconsiderar su propia identidad, su pertenencia y su conexión con el mundo más natural y primigenio. La exposición es un recordatorio de la importancia de la espiritualidad y la conexión con la naturaleza en un mundo cada vez más deshumanizado y alejado de donde emana la vida. También defiende la relevancia de proteger y preservar estas tradiciones.


La exposición de Rezaire, es una obra maestra que desafía y transforma nuestras percepciones del arte, tecnología y espiritualidad, su capacidad ya nombrada de mezclar los elementos tradicionales con las innovadoras tecnologías es impresionante, su compromiso con la justicia social y ambiental es inspirador. Esta me ha llevado a reflexionar sobre nuestro mundo natural, lo que nos da la vida y la mantiene. Si bien esta más enfocada a esa cultura africana que se perdió tras el colonialismo, hay algo que no une con esas culturas, y es que nosotros hemos perdido las nuestras también a consecuencia del gigantesco avance de la industrialización y deshumanización, recordándonos que, aunque seamos de múltiples lugares, siempre en nuestra más primitiva tradición el elemento base de todas es ese mundo natural.

En conclusión, la exposición es una creación innovadora y evocadora, confluyendo con su carácter de trasformación tras invitar a los espectadores a reflexionar sobre esta relación con el mundo natural. La exposición es un rico testimonio de la resistencia y resiliencia de las comunidades africanas y la celebración de esa rica cultura, que aun pensado que es diferente a la nuestra compartimos la misma visión de la espiritualidad con el mundo natural, intentando evocar a nuestro ser más humanizado y consciente para despertar ante esa gran “avalancha” de deshumanización e individualismo alejados de esa espiritualidad natural.

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