
La apertura de puertas de ARCO el día 5 de marzo se convirtió en un hervidero de gente que recordaba más al fin de semana abierto al público que a un día de profesionales.
Este año continúa la acomodación de días de la Feria que ya ha pasado a celebrarse a primeros de marzo en vez de finales de febrero como era habitual. No es que en este primer día acompañara el buen tiempo cuestión que pudo ser uno de los motivos por los que los parkings cercanos a la puerta de acceso Norte estuvieran a rebosar hasta el punto de colapsar las salidas y movilidad dentro de las plataformas con coches aparcados en doble y triple fila y ocupando los carriles por los que moverse dentro de la propia plataforma.
Este caos inicial no tenía nada que ver con el acceso en sí a las naves que funcionaban con absoluta normalidad y sin colas, eso sí, ya hacía presagiar que en el interior la visita no iba a ser tan fácil como en años anteriores en los que se vivía una resaca postpandemia con mucha menos afluencia y mayor comodidad.
La organización aporta los datos básicos a prensa de previamente y hay que agradecer el dossier de más de doscientas páginas con información muy valiosa y organizada que permite consultar todos los datos de galerías y artistas, así como el cruce de ambas variables. Este año 214 galerías nacionales e internacionales procedentes de 36 países (178 del programa general y 43 dentro de los programas comisariados, entre ellos Opening con 18 galerías emergentes seleccionadas por Cristina Anglada y Anissa Touati).

No hay que olvidar que ARCO es una feria comercial en la que prima que las galerías puedan amortizar la inversión realizada en el alquiler del espacio, montaje, etc., cuestión que tiene muy clara su directora Maribel López quien ya lleva 7 años al frente. Por ello hay dos actividades que me parecen especialmente relevantes, First Collectors by Fundación Banco de Santander y Young Collectors, ambas para dar asesoramiento y trato preferente a nuevos compradores y a jóvenes coleccionistas internacionales, respectivamente. A todo ello se suman los foros, reuniones, sesiones de trabajo, etc., destinados a museos, prensa y profesionales, del que hay que destacar el encuentro que dirige la subdirectora del MNCARS, Amanda de la Garza, Después de… Programar en el mundo real. Encuentro de museos de Europa e Iberomérica.
Es precisamente este ámbito sobre el que pivota ARCO este año, la relación entre el arte contemporáneo y el arte latinoamericano indigenista y sus reinterpretaciones, que da lugar a actividades complementarias en otros espacios de la ciudad (Casa Encendida, MNCARS y otros). En la feria se materializa con la participación de un 32% de presencia de galerías latinoamericanas (lo que es un salto importante con respecto a ediciones anteriores) y, especialmente, con la el programa Wametisé: ideas para un amazofuturismo, comisariado por Denilson Baniwa y María Wills, en colaboración con el Institute Posnatural Studies. Sobre este programa hay que destacar que sí merece la pena, lo recalco porque otros años estas exposiciones homenaje a diversos países y temáticas no tuvieron la calidad y fuerza suficientes, a mi juicio. En este sentido hay que destacar algunas actividades que acompañan la muestra de colección seleccionada para la exposición, como la creación de murales en directo.

Entro ya a hablar de galerías y artistas que me han llamado la atención por si a alguien puede servirle de guía siempre teniendo en cuenta que hay tantas preferencias personales como individuos.
Suelo hacer mi recorrido empezando por el pasillo 9 más cercano al acceso Norte y desde ahí voy serpenteando hasta terminar en el último del pabellón 7 (la realidad es que hago el recorrido al contrario de la denominación de los pasillos por orden alfabético). Más allá de destacar la obra que este año se ha convertido en más polémica por los medios 7921, de Ramón Mateos, en la galería Freijo, en general la primera impresión es que hay mucha obra nueva. Una renovación que ya se echaba en falta puesto que en las últimas ediciones había obras que se repetían año tras año, incluso ha habido inclusión de nuevos artistas en galerías que tradicionalmente asistían con sus artistas habituales, es el caso de Max Estrella, que ha incluido a dos artistas muy sobresalientes que seguramente van a dar que hablar, Nacho Martín Silva y Glenda León, pero además Diana Fonseca nos sorprende con nuevas propuestas tan deliciosas como sus ya conocidos cuadros realizados con los coloridos desconchones de edificios ruinosos de La Habana, que la encumbraron en ediciones anteriores.


Carabanchel y sus artistas también ganan presencia en ARCO, como es el caso de uno de los que con seguridad será otro de los célebres de nuestro arte sin mucho tardar, Caros Aires (en galerías ADN y Sabrina Amrani), quien por su multidisciplinariedad y variedad no siempre reconocemos con una simple mirada, pero que su obra te impulsa a ver la cartela por lo que el artista está presente en la mente.

Sobresalen artistas nacionales bien conocidos en ámbitos especializados, pero no suficientemente reconocidos: Cristina Lucas en Albarrán Bourdais, Aitor Ortiz y Secundino Hernández.

También hay artistas sobradamente conocidos (más acá de Picasso, Tapies, Dalí, Gris, etc.), mucha obra de Jauma Plensa con una instalación de esculturas en el stand de El País, que merece la pena ver porque la iluminación es exquisita y nos permite apreciar la obra del artista más allá de los tubos fluorescentes que iluminan su obra en otras galerías. El competidor de prensa diaria, ABC, expone una magnífica colección de fotografía de Pierre Gonnord que tampoco hay que perderse. Hablando de fotografía, la galería Rocío Santacruz expone obra inédita de Javier Inés con una calidad e interés también especiales.

Una de mis galerías preferidas en esta edición es 1 Mira Madrid por su disposición original en cuanto a su arquitectura a la hora de la disposición de paneles del stand además de por la obra que expone de la que destaco la de Teresa Lanceta, pionera en el uso del textil que desde hace unos años es tendencia totalmente reconocible en el arte contemporáneo y con gran presencia en la técnica de artistas en ARCO. Las otras dos galerías que destacan por su diseño son José de la Mano y Cayón, la primera también por la disposición de la originalidad en la colocación de paneles separadores y creación de espacios, y la segunda por el aspecto museístico que aporta la pintura sobre las que se cuelga la obra de arte.

Hay magníficas obras de Carlos Bunga en los stands portugueses y, también compatriota suyo, el gran escultor Francisco Tropa. Hay mucha obra internacional puesto que hay galerías de toda Europa y América, entre los que destacan artistas acogidos en otros países distintos a los que nacieron, como Maki Na Kamura, japonesa en Berlín, o Jacob el Hanani, marroquí en Nueva York, por destacar a dos artistas que me han llamado la atención y que son célebres fuera de España.

Hasta aquí esta primera impresión con la idea de animar a quien lo lea a asistir porque merece mucho la pena este año por estas novedades que he comentado que parecen dar un nuevo empujón a un ARCO que estaba volviéndose repetitivo.