La obra de arte total: Antoni Tàpies en el MNCARS

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El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía presenta hasta el próximo 24 de junio una gran retrospectiva del pintor Antoni Tápies a modo de homenaje por el centenario de su nacimiento.

La obra de Antoni Tápies supera a cualquiera que lo observa. Abruma por su magnitud, deleita por su calidad y sorprende por su capacidad de explorar los límites del arte. Un artista ambicioso e inquieto, ansioso de comprender la complejidad del mundo muestra en la profundidad de sus obras reflexiones en torno a conceptos estéticos, filosóficos, cromáticos y espaciales. La ejecución de las ideas es perfecta trasladando al espectador a su propio universo del cual es complicado salir. Uno camina por las salas de manera automática, sin detenerse, admirando las obras como un conjunto de sensaciones al mismo tiempo que busca comprender cada una de las experiencias individuales que plasma el artista catalán. Finaliza la exposición sin saber muy bien lo que se acaba de ver, pudiendo decir únicamente que es una maravilla. Tápies es uno de los artistas más importantes de su tiempo, rompe con todos los conceptos anteriores para establecer en el panorama artístico contemporáneo los suyos propios. 

La cuarta planta del MNCARS se presenta como el espacio perfecto para acoger la obra de Tapiés, siendo un lugar apartado del resto del museo dedicado exclusivamente a él. Siempre he pensado que las obras de arte mueren un poco cuando se presentan de manera individual en los museos en salas que tratan de encuadrar una obra de arte en un contexto cronológico, temático u estilístico. Esa vida únicamente la recuperan cuando se presentan en conjunto rodeadas de otras obras que no buscan destacar individualmente, sino que buscan transmitir ciertos conceptos unánimemente y otorgarse grandeza de manera recíproca. La obra de Tápies muestra perfectamente esta idea. No se puede presentar una obra diferente como la de Tápies repleta de conceptos enigmáticos con otras que no consiguen alcanzar ese grado de majestuosidad. La obra de Tápies solamente puede dialogar con la obra de Tápies.

Cualquier elogio al artista resulta escaso ya que su obra carga con la gran parte del peso de la exposición. El proyecto museográfico a diferencia de lo que puede ocurrir en otras muestras, como la que se realizo por el centenario de Picasso recientemente en este mismo espacio, pasa a segundo plano. No se debe de desestimar aun así el proyecto que se ha llevado a cabo para reunir una gran cantidad de obras que no habían tenido la oportunidad de verse las caras anteriormente. Se ha conseguido presentar una exposición que recorre la totalidad de la compleja obra de Tápies sin dar la sensación de que queda algún tema sin tratar. Tápies no necesita presentación, únicamente se merece elogios y eso es lo que hace la exposición. Sin embargo, si que hay que destacar el esfuerzo que realizan los textos para mostrar la importancia del artista y su progresión y ascenso hasta la élite del panorama artístico internacional. No se centran tanto en explicar la técnica y el porqué de la obra de Táìes, la cual en muchas ocasiones resulta inexplicable, debiendo únicamente sumergirse en ella.

La obra de Tápies que de manera aparente parecen simples manchas de pintura e historias sin argumentos buscan que te sumerjas en ellas para comprender que simplemente son perfectas. Es como el cine de Buñuel, permiten comprender tanto la realidad social del momento como sus propias experiencias personales, es excesivamente complejo al mismo tiempo que maravilloso. Comprenderlo es difícil, pero una vez que se hace admirar es muy fácil. 

Alejandro Bellanco Guerrero

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