
La Neomudéjar saca a la luz la sesión fotográfica realizada como performance reivindicativa contra la homofobia en 1996 en una azotea del barrio de Lavapiés.
La lucha por los derechos LGTBQ+ contra la ocultación y la invisibilidad a la que se abocó a las disidencias de identidad de género y orientación sexual únicamente podía vencerse con el cuerpo ya que evidencia una realidad incuestionable e indiscutible. El cuerpo se convierte en un significante que excede cualquier otro referente y desde la performatividad se articulan discursos poderosamente relevantes.
Lucía Simón Montenegro, comisaria de la exposición, encontró en los fondos de la Fundación Anselmo Lorenzo de la CNT en Madrid unas carpetas de LSD y La Radical Gai que expuso en Archivos indisciplinados: lucha queer, antfascismo y autoedición en los 90 en el Estado español, donde un asistente a la exposición reconoció las imágenes por haber sido reproducidas en el fanzine El sexo de un anarquista en 1996, lo que la llevó hasta su fotógrafo, Nacho Goytre, quien rescató todos los negativos que son los que se han revelado e impreso en distintos tamaños y materiales para articular el discurso expositivo en la sala del generador eléctrico de La Neomudéjar.

Las fotografías tomadas por Goytre a los modelos Mario Caballero y Fran Palacio en la azotea del edificio de Lavapiés son el testimonio de un acto performativo reivindicativo para denunciar la tibieza del apoyo de los partidos de izquierdas, pero también es un documento histórico que muestra el intenso sentimiento de libertad que se vivía en aquel último lustro del siglo XX en el que las manifestaciones del Orgullo comenzaron a ser exitosas para pronto convertirse en multitudinarias.
Los cuerpos desnudos pintados con los símbolos anarquista y okupa se utilizan como armas, se muestran penetrados por símbolos de izquierdas (martillos, banderas, etc.) y en posturas de marcado carácter erótico. El escenario del cielo de Madrid enfatiza un mensaje de libertad en el que la anatomía desnuda presta especial atención al culo como símbolo subversivo e insumiso.

La exposición nos introduce en un ambiente punk, marginal y marica que no podría tener un mejor continente que La Neomudéjar, no solo por el carácter de vanguardia y lucha social del museo, sino también por las paredes desconchadas del edificio industrial ferroviario que lo caracteriza.
La estética sigue la tradición homoerótica que Robert Mapplethorpe desarrolló desde la década de 1970 que fue considerada pornográfica por algunos debido a la crudeza de las imágenes y la representación radical del cuerpo en la lucha por las libertades LGTBIQ+. Es este sentido, cuando Goytre disparó con su cámara se había subido al carro de la posmodernidad siguiendo la estela de provocación del X Portfolio célebre por exponerse de manera itinerante a principios de 1990 en Robert Mapplethorpe: The Perfect Moment.
Contra-Archivo Marica reedita los momentos de lucha del movimiento queer en uno de sus momentos de estallido de libertad en España para así provocar una reflexión sobre la realidad que se vivió y las contradicciones en las que cayeron los partidos de izquierdas en la última década del siglo XX. Por un lado, pretendían utilizar la disidencia sexual como sumatorio de votos, lavar conciencias y mostrar una imagen de modernidad y por otro las realidades individuales nos llevaban a negar esa ficticia relación directa entre tendencia política de izquierdas y apertura mental.

Miembros destacados de los partidos comunista, socialista y anarquista eran profundamente homófobos y las esperanzas de ese apoyo activo firme de las fuerzas de izquierda que manteníamos los que no nos ocultábamos se desvanecían en cuanto volvíamos a nuestros entornos cotidianos (vecinos, compañeros de trabajo, personal sanitario, etc.) que pretendían dirigir nuestras vidas para su propia comodidad, que hiciéramos lo que ellos quisieran con tal de no hacer trabajar a sus mentes. La actitud condescendiente del “te tolero siempre y cuando te comportes como a mí me parezca” y “debes estar agradecida conmigo” era lo más habitual (y sigue siéndolo en un amplio segmento de la sociedad).
La exposición incluye también un audiovisual montado con imágenes de aquel momento en el que hay cortes de vídeo de acciones reivindicativas del colectivo, también de la manifestación del Orgullo, que nos llevan a la reflexión sobre la lucha, el activismo y valentía de los y las que salimos del armario a las calles con la consigna “muerte o libertad”. Nos veíamos con la capacidad de modificar nuestro entorno y cambiar el mundo siempre contando con que la inercia rápidamente retrotrae a épocas de represión cuando la complacencia, la inacción y el conformismo se apoderan de nuestros cuerpos poderosos.

Contra-Archivo Marica. Habitar la disidencia / Okupar imaginarios, puede visitarse hasta el 13 de julio en el Museo La Neomudéjar, calle Antonio de Nebrija s/n (Madrid).
Carlos Treviño Avellaneda